sábado, 21 de marzo de 2015

Pulpos gallegos

Desde que vivo en Madrid me mojo muy poco, a los muchos kilómetros que me separan del mar hay que sumarle (encima!!) estudios, familia, pasta, mala suerte con el tiempo...

Total, que me es muy complicado acercarme a disfrutar del mar, pero cuando se alinean las estrellas y lo consigo intento saborearlo con los cinco sentidos, o seis si soy capaz

El fin de semana pasado estuve en Vigo con Bea, visitando a mi familia gallega que veo todavía menos veces al año que el mar

Un trasterillo cobija un cementerio de elefantes donde va a morir mi equipo de pesca, en su día titular, que ya no sirve para pescar en Cádiz. Material que en otra época tuvo grandes tardes de gloria. A destacar unas aletas gara 2000 destrozadas con 15 años, trajes microporosos reventados con "agujerillos de la risa", fusil excalibur 90cm con más batalla que el sol... y con este material me pertrecho para disfrutar y sumergirme un par de horas en el líquido elemento que tanto nos da 

Teníamos una agenda de ministro durante todo el fin de semana y tuve que hilar muy fino para poder darme un par de mini chapuzones

Al ir a pescar solo, siempre lo hago en una playa dentro de la ría, zona segura a resguardo, poca profundidad y por supuesto con muy poca vida, a la que voy andando vestido desde casa
Como no podía ser de otra forma durante todo el fin de semana sopló viento fuerte del norte y el mar presentaba una sospechosa tonalidad... digamos que marrón 

El sábado madrugo y casi al alba noto como por los "agujerillos de la risa" (me río por no llorar!!) del neopreno ya milenario se me clavan agujas de hielo, por el pecho y por la espalda, que una y otra vez arrojan a mi mente la idea de lo calentito que se tiene que estar a estas horas en la cama, arropado, con dos mantitas

Marzo en Galicia, viento del norte, el agua está congelada, el reloj me marca 11 grados. El cuerpo se va haciendo al frío, poco a poco.  A la parte que más le cuesta es la zona de la frente entre las gafas y la capucha, tengo que sacar la cabeza varias veces del agua para que el cambio de temperatura sea progresivo, y soportarlo

Necesito moverme, me pongo a aletear fuerte para entrar un poco en calor. El agua esta muy sucia en la orilla, no me veo ni siquiera la mano
Me separo de la orilla y hay un poquillo más de visibilidad, pero no llega ni a los dos metros
Con este frío no voy a aguantar mucho tiempo en el agua, así que me dirijo a una zona que suelo ver lubinas a ver si encuentro movimiento. Hago algunos acechos y me entretengo con varias esperas, pero entre lo sucia que está el agua y la total ausencia de vida me desanimo un poco. Cambio de estrategia, aleteo hacia una zona de poca profundidad y muchas rocas en la que sé que siendo pesado puedo encontrar algún pulpo. 
El agua sigue dejando mucho que desear, menos mal que para esta pesca no es tan necesaria la buena visibilidad. Escudriño palmo a palmo las rocas "sospechosas" de cobijar inquilino hasta que encuentro unas conchas que delatan la presencia de un pulpo en sus inmediaciones
No tardo en encontrar agazapados en la oscuridad al fondo de una losa un par de ojos protegiéndose con varios.. tentáculos!! Es un buen pulpo!!

La cueva es complicada y el tiro va a ser difícil. O aseguro un buen tiro o lo dejo para encontrármelo otro día, que crezca. Un mal tiro implica herir al animal para nada, un pulpo grande mal disparado en una cueva como esta no lo sacaría ni en mil años. Hago varias bajadas para ver si la cueva tiene otras salidas o por si el pulpo se mueve a una posición de tiro menos difícil, y nada

Barajo las posibilidades y finalmente veo clara la opción de un tiro a fusil retrasado con el dedo pulgar. Caigo lentamente sobre el fondo para no asustarlo y que no se esconda más todavía, coloco el fusil, me asomo y disparo. En ese momento sé que el tiro ha sido bueno. 
Tiro de la varilla con todas mis fuerzas y noto que el pulpo hace mucha fuerza y se agarra con sus tentáculos y ventosas a las paredes de la grieta. Va a ser complicado sacarlo de ahí, va a hacer falta paciencia, mucha

Se van sucediendo las bajadas, el agua está congelada y no voy a aguantar mucho más tiempo con este frío. Cada bajada doy unos tirones de la varilla, a veces consigo moverlo un poco pero en seguida se hace firme, tiene mucha fuerza y esta cueva tan complicada le da una protección extra
Tras 40 minutos de pelea da las primeras muestras de cansancio, a partir de ahí voy ganándole terreno centímetro a centímetro y en pocas bajadas consigo sacarlo de la cueva. Lo subo a superficie, lo admiro tranquilamente, y me impresiona los colores que tiene, lo bonito y lo grande que es

Doy por concluida la jornada de pesca, aterido de frío aleteo hacia la orilla, y voy a casa con una sonrisa enorme a enseñarle a la familia este pulpiño gallego. Son las 10 de la mañana, algunos empiezan el día y yo ya tengo la pesca hecha y me he pegado una buena panzada de salitre


El domingo mejoraron algo las condiciones, con viento flojo y el agua un poco mas clara clavé la estrategia del día anterior con el mismo horario
Encontré bastante rápido un pulpo dudoso de tamaño que dejé crecer no sin antes hacerle unas bajadas para observarlo de cerquita
Recorrí una zona grande de piedras hasta que encontré una cueva de pulpo con su habitante en el interior. Era más pequeño que el del sábado, la cueva mucho más fácil y en pocos minutos ya estaba viniéndose a casa conmigo 


Ya de vuelta en Madrid da una alegría tremenda abrir el congelador y ver tanto tentáculo, ahora queda una de las mejores partes de la pesca, disfrutar en la mesa con familia y amigos

Me encanta el pulpo, para mi es un auténtico marisco y lo suelo preparar de estas dos formas:
http://volverparacontarlo.blogspot.com.es/2013/03/receta-arroz-con-pulpo.html

Espero tener pronto más cosas que contaros!!

Abrazos


PD: este pasado verano en las mismas piedras, mismo escenario fotográfico


No hay comentarios:

Publicar un comentario